Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con una maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en la gran https://dawudlnxs549226.digiblogbox.com/62899955/el-mundo-recuerda-el-cabezazo-de-zidane